Marlborough abre la temporada con esta exposición individual de Alfonso Albacete (Antequera, Málaga, 1950) que representa un recorrido por el concepto de tiempo entendido desde diferentes facetas. El tiempo de la pintura, el empleado en el proceso de creación del cuadro en el estudio, evidenciado en ocasiones con metapinturas, representaciones de obras, cuadros dentro de cuadros, una especie de juego de espejos que hemos visto ya en la obra de Albacete.
El transcurrir de las estaciones del año está presente en los títulos, y en un juego de palabras e ideas, el artista toma también como motivo las estaciones de metro, representa esas esperas que conforman y fragmentan el transcurrir del tiempo urbano.
En palabras del propio artista: “Hay cosas que están pintadas y que no se aprecian a la vista” y es que todo el conjunto de su obra tiene un componente intrigante. Como dice el crítico Jaume Vidal Oliveras: “La obra de Albacete se nos antoja como una suerte de adivinanza o enigma: ambigua, elusiva, velada, un juego entre el mostrar y el ocultar. El artista, poco dado a hablar de su trabajo, sumamente prudente, es de aquellos que entiende que la pintura solo puede defenderse a sí misma con el silencio”.
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