En esta exposición de Cristina Lucas observamos una Serie de bordados a máquina sobre tela, cada uno sobre una zona diferente del planeta y una instalación de 360 mecanismos de reloj puestos en hora. Cada uno de ellos se corresponde con un grado de la esfera terrestre mostrándose así todos los usos horarios.
La practica artística de Esther Ferrer se inscribe en las mutaciones esteticista y políticas que se producen en los años sesenta del siglo XX, desde la creación de objetos hasta la intervención en el espacio publico como lugar de contestación a la autoridad hegemónica y búsqueda de nuevas formas de comunicación. Y, mas explicitamente, en las corrientes del minimal y en los desplazamientos que los feminismos originan en ellas al otorgar posibilidades a lo serial, por medio de la repetición, de acercarse al absurdo y utilizar el cuerpo como vehículo critico; así como en el neodadaismo de la década anterior, en la que Fluxus utiliza las acciones como formas de desmaterialización de la obra de arte y John Cage alumbra nuevas actitudes en la creación al acentuar la importancia del proceso, el azar, los silencios, el vacio... Ideas, en cierta medida, deudoras de la apertura, y a la vez ruptura, del poema de Mallarmé UN COUP DE DÉS JAMAIS N´ABOLIRA LE HASARD (una tirada de dados jamas abolirá
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